Día 22. La Virgen María protectora de la fe de España

El cristianismo se expandió muy pronto en la Hispania romana. Algunas ermitas, capillas e iglesias estaban dedicadas a Nuestra Señora, entre ellas una en Zaragoza en la ribera del rio Ebro. Cuando irrumpió el islam en el siglo VIII, algunos cristianos se refugiaron  en el norte de Hispania, y no dejaban de orar. Santo Toribio incluyó en la liturgia mozárabe un himno para invocar la  protección de Santiago Apóstol.

Los astures eligieron a don Pelayo como líder para luchar por la libertad de su pueblo. Don Pelayo y sus hombres se refugiaron en Covadonga, donde había una ermita a santa María. Acosados por tantos enemigos pasaron día y noche invocando a la Santísima Virgen para que les protegiera. Sus oraciones fueron escuchadas, ayudados por las fuerzas de la naturaleza tuvo lugar la primera victoria sobre el invasor.

Cuando en el siglo XI Almanzor sembraba la destrucción por doquier. El obispo de Santiago de Compostela san Pedro Mezonzo fue ante una imagen de la Santísima Virgen y le digirió la “Salve Regina”, suplicando su ayuda. A partir de entonces las tropas cristianas invocando a la Santísima Virgen y a Santiago Apóstol, consiguieron recuperar toda la península Ibérica, de modo que se pudiera profesar la fe cristiana con libertad.

A Nuestra Señora y a Santiago Apóstol debemos invocarlos para que existan vigorosas comunidades cristianas en España y Portugal  hasta el fin de los tiempos.

Oración

Dios te salve, reina y madre de misericordia
Vida, dulzura y esperanza nuestra
Dios te salve a ti clamamos, los desterrados
Hijos de Eva, a ti suspiramos, gimiendo y
Llorando en este valle de lágrimas

Ea pues, Señora; abogada nuestra
Vuelve a nosotros, esos tus ojos misericordiosos
Y después de este destierro, muéstranos a Jesús
Fruto bendito, de tu vientre
Oh clemente, oh piadosa, oh dulce
Virgen María

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